
LEV KULESHOV
Y
SERGUÉI EISENSTEIN
A partir de la Revolución Rusa de 1917, el Gobierno Soviético buscó impulsar la industria cinematográfica nacional para utilizarlo como órgano de propaganda y difusión.
Diversos cineastas jóvenes tomaron la posta incentivados por los subsidios otorgados por el Estado y el espacio dejado por las industrias cinematográficas privadas. De esta manera aparecieron muchos cineastas que revolucionaron el cine ruso.
Uno de ellos fue Lev Kulechov, quien utilizó el montaje para realizar experimentos con respecto a la continuidad y el sentido creado con ello. Bordwell y Thompson consideran a Kulechov uno de los jóvenes cineastas rusos más conservadores pues su uso de la continuidad era similar a las prácticas de continuidad del cine clásico de Hollywood.
Sin embargo, Kulechov y sus alumnos fueron los teóricos fundadores del estilo de montaje soviético.
En 1925 se estrenó la primera película de Eisenstein: La Huelga. Fue la película que inició el movimiento del cine ideológico soviético.
El Acorazado Potemkin (1925) fue el primer filme que tuvo éxito a nivel internacional y atrajo la atención sobre el movimiento cinematógrafo ruso.
Este movimiento impulsaba principalmente el uso del montaje como medio unificador de sentido de los planos individuales. De esta manera, todas las películas (incluso las de Hollywood) poseían una significación inherente a la selección de los planos y/o la consecución de imágenes.
Ésta concepción sobre el montaje (que planteaba que el cine no debía "ocultar" sus mecanismos de producción) chocaba con el "Cine Transparencia" hollywoodense que buscaba que el espectador no percibiera los cortes realizados y se olvidara que consume un material previamente diseñado.


